domingo, 13 de enero de 2008

EN BUSCA DEL ALMA ESPAÑOLA-EDITORIAL






A LA BUSQUEDA DEL ALMA ESPAÑOLA

PAPELES DE ESTUDIO DE CIRHU no. 1
Mayo 1997

Publicado por:
AVI SPAIN
Apdo. 36
31610 Villava
Navarra - SPAIN
Y
CIRHU
Center for International Research on Human Unity
Bharat Nivas
Auroville 605101
Tamil Nadu - INDIA



EDITORIAL



Nos sentimos profundamente honrados de que el fruto de estos dos años de investigaciones se haga público por primera vez en la revista del CIRHU y en inglés, una lengua que se ha convertido en símbolo e instrumento de la unidad humana. Nuestra asociación española, a nadie se le esconde, es pequeña; pero por sus estrechas vinculaciones con el ámbito universitario y cultural de nuestro país ha dado siempre muestras de vitalidad reflexiva. Los artículos que siguen a continuación son el resultado de una seria labor de investigación individual, pero sobre todo de una reflexión de grupo; por esta razón, y por el hecho de que en Auroville y desde la vivencia de la Unidad, el concepto de autoría pierde casi todo su sentido, hemos preferido que los temas presentados no apareciesen bajo firma alguna: AVI España, esta realidad colectiva, es la única autora de las páginas que el lector tiene entre sus manos.

Del mismo modo, no queremos esconder bajo un exceso de ilustraciones y un sofisticado diseño la realidad de este estudio monográfico. Sea cual sea el valor que nuestros lectores y críticos atribuyan a las proposiciones y conclusiones que ofrecemos, nuestro estudio ha sido realizado con el más profundo rigor intelectual y tratando de alcanzar siempre -independientemente de que lo hayamos conseguido o no- los horizontes más lejanos; por ello, si su lectura resulta grata a aquellos que encuentran placer en los vuelos audaces de la mente, será sin duda árida para los que prefieren textos más sintéticos y menor densidad de contenido en medio de mayores espacios blancos e ilustraciones. Lo primero sería nuestra recompensa; los segundos harían mejor en dejar esta lectura.

España no es una realidad fácil de aprehender: primero, porque para su tamaño es increíblemente diversa; segundo, porque lo que el mundo ha conocido desde hace quinientos años no es su alma sino su sombra. Sin embargo, incluso en esa sombra asúrica que extendió por el mundo la Inquisición, ha habido siempre una nobleza que ni sus enemigos pudieron negar así como una sinceridad obsesiva en su servicio al ideal divino que aquélla se había representado. España es un país de Kshatrias que heredó de Oriente su ideal de guerra santa, a través del Islam; y ello, tomado en su desnudez esencial, es lo que la hace profundamente atractiva. España, a finales del siglo XV, traicionó de forma definitiva las grandes intuiciones que había tenido de sí misma durante la edad media y, en lugar de poner sus energías al servicio de la síntesis espiritual apuntada por el encuentro de las tres religiones monoteístas en la Península, siguió de un modo ciego y asesino los caminos del dios de Roma. En esa empresa, que duró todo el siglo XVI y que presidieron los Austrias mayores, Carlos I y Felipe II, se agotó. Las mejores de sus energías vitales saltaron a América reencarnando el espíritu conquistador y civilizador que había traído a los musulmanes de Oriente a Europa ocho siglos atrás; lo mejor de sus energías espirituales dio un salto aun más temerario y se lanzó a la conquista del velado continente de la Realidad Última. Como ocurriera en la India centurias atrás con el budismo y sus epígonos acosmistas, el vasto movimiento místico español del XVI y XVII, tanto en su vertiente ortodoxa como heterodoxa, supuso un poderoso drenaje de la vida nacional. La España del XVII y del XVIII es un país exhausto e inerte, un enorme cuerpo imperial que empieza a descomponerse y fragmentarse. De esta inercia, España no dará señales de despertar hasta la conquista napoleónica; pero entonces lo hará de un modo tan desunido, tan atomizado, que todas sus fuerzas progresivas se entregaran durante más de un siglo a luchas partidistas haciéndose incapaces de recuperar el país para la modernidad y salvarlo de su retraso histórico. La dictadura del general Franco sirvió a la función evolutiva de aunar por fin aquellas fuerzas de progreso en una lucha secreta y común, que duró cuarenta años. De la dictadura, España emergió a este fin de siglo deslumbrada por los engañosos brillos europeos y dando la espalda a sus antiguas intuiciones: estas décadas de envidiable prosperidad económica y de soñada libertad son, pues, su triste paseo por el Vacío.

La Era de las Grandes Intuiciones, la Era de la Intolerancia, la Era de la Inercia, la Era del Individualismo y la Era del Vacío son los ciclos históricos que, según nuestra visión, parcelan el devenir de nuestro pueblo. Desafortunadamente, aquí no nos es dado tratarlos todos y desde una gran variedad de ángulos. Hemos elegido el ángulo de la historia y hemos centrado nuestra atención en el primero de los grandes periodos; pero hemos incorporado también un artículo sobre la evolución de nuestra lengua, porque es ahí donde inmediatamente se percibe algo del alma nacional, y hemos añadido otro sobre la guerra civil española, porque ésta llamó la atención de Sri Aurobindo obligándole a tomar partido por una de las dos fuerzas en conflicto. Si nuestro trabajo no decepcionase al CIRHU ni a nuestro público lector, futuras publicaciones de esta índole podrían acudir a llenar las lagunas que ésta, inevitablemente, dejará.